María Lucia Vargas David intervino en respuesta a dos incendios a finales de 2022 como bombera voluntaria de Riosucio, municipio del Chocó en el pacífico colombiano.

María Lucia Vargas David es actualmente la única bombera voluntaria activa en Riosucio, Chocó.

Decidió convertirse en bombera en noviembre de 2020 tras ver videos de un incendio que cobró las vidas de un niño y una joven y que destruyó unas 80 viviendas en el resguardo indígena de Salaqui, en Riosucio. 

La tragedia demostró la necesidad de tener un cuerpo de bomberos en el municipio, explica María.

Se formó entonces la brigada de voluntarios de Riosucio-Chocó. 

María, junto a otros voluntarios, viajó a Riosucio, Caldas, a entrenar con el Cuerpo de Bomberos Voluntarios, la primera brigada voluntaria de bomberos indígenas en Colombia.  

Desde su creación en 1999, el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Riosucio-Caldas ha diseñado un programa de formación para minimizar el impacto social, medioambiental y económico de los incendios forestales y catástrofes en territorios étnicos vulnerables, como el de Riosucio, Chocó.  

El programa de bomberos indígenas voluntarios se está reproduciendo ahora en toda Colombia. Se ha implementado en 15 departamentos, entre ellos Antioquia, Amazonas, Cauca, Caldas, La Guajira, Magdalena, Meta, Vichada y Chocó. Un número de comunidades cada vez mayor solicita el programa a la Dirección Nacional de Bomberos de Colombia – DNBC. Además, el programa de voluntariado se ha expandido a México, Argentina y Guatemala.  

Bomberos voluntarios de Riosucio, Chocó entrenando en Riosucio, Caldas

“¿Por qué ha tenido éxito el proyecto? Porque reconocimos los problemas y conocimientos de las comunidades étnicas. Por lo general, las capacitaciones están contempladas para bomberos en las ciudades, sin tener en cuenta que hay campesinos, comunidades indígenas y afrocolombianas en las zonas rurales que tienen los conocimientos necesarios para prevenir y responder a incendios forestales”, afirma el capitán Óscar Fernando Meijas Muñoz, quien dirige el Programa de Riosucio, Caldas.  

El Capitán Meijas asegura que el apoyo de USAID y del programa Juntanza Étnica de ACDI/VOCA ha sido clave para la expansión del programa. Los dos han proporcionado recursos para que comunidades indígenas formen brigadas de bomberos voluntarios, mientras que su departamento se encarga de la formación y la logística.  

Los bomberos indígenas están teniendo un impacto visible, lo cual genera un mayor interés en ampliar el programa.  

“Por el programa de bomberos indígenas, es evidente que el número de incendios forestales ha disminuido sustancialmente en todo el territorio nacional”, afirma el Capitán Meijas. 

Bomberos respondieron a incendio en octubre 2022

En Riosucio- Chocó, los bomberos voluntarios atendieron oportunamente dos incendios a finales de 2022. El primero fue un incendio estructural de un establecimiento comercial en la mañana del 21 de octubre. Solo dos viviendas fueron perjudicadas, a comparación de 80 por el incendio del 2020. El 9 de noviembre, otro incendio estructural quemó una casa, pero los bomberos evitaron que el fuego se propagara. María fue una de las que acudió a la crisis.  

“No se nos queman tantas casas desde que fuimos capacitados”, dice María, atribuyéndolo a la formación recibida en Riosucio, Caldas y al equipo donado por Juntanza Étnica.   

Deiler Moreno Córdoba, comandante y representante legal del cuerpo de bomberos voluntarios de Riosucio, también expresó su gratitud por el apoyo de Juntanza Étnica y cómo ayudó en la respuesta a los dos incendios. “Las herramientas y equipos de comunicación nos ayudaron a controlar estos incendios estructurales. Muchas gracias por la capacitación, las herramientas, por ayudar a estos municipios marginados a continuar con la hermosa labor de salvar vidas, salvar bienes materiales y salvar la naturaleza”.  

Además de prevenir y responder a incendios estructurales y forestales, los bomberos también están capacitados para responder a inundaciones, deslizamientos, detección de materiales peligrosos y misiones de búsqueda y rescate en los bosques.  

Bomberos de Riosucio posan con el equipo suministrado por el Programa Juntanza Étnica, un acuerdo de cooperación de USAID y ACDI/VOCA

Son equipos “integrales”, explica el Capitán Meijas. Mientras tanto, en Rioucio,Caldas, señala que la brigada de bomberos indígenas voluntarios ha traído otro beneficio inesperado.  

Según el Capitán, el programa ha ayudado a evitar que jóvenes de comunidades indígenas sean recultados por grupos armados ilegales presentes en la zona: cuando venían a reclutar, los voluntarios se negaban a unirse [a los grupos] con la excusa de que eran bomberos indígenas”. 

María Lucía Vargas David, bombera voluntaria en Riosucio, Chocó, posa orgullosa con su uniforme

El programa también fomenta un sentimiento de pertenencia entre las comunidades indígenas beneficiadas. Los bomberos no están motivados por unirse al programa por una ganancia monetaria. De hecho, requieren tener otros trabajos para mantener a sus familias, dice María. Más bien, están motivados por servir a sus comunidades. 

“Poder server a mi comunidad ha sido de las mejores experiencias de mi vida”, afirma.

“Cuando me estaba capacitando en Riosucio,Caldas, no me lo podía creer. Sentí tantas emociones cuando me puse el uniforme por primera vez”. 

 

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